El único empleado del hotel despierto hace lo que puede para darnos de desayunar a los 4 o 5 clientes que andabamos por allí. Sólo consigue rellenar un termo con algo de cafe, ponernos unos trozos de pan más bien durillos y unos quesitos para que los untemos. La verdad es que no comimos mucho.
A las 7h30 estabamos ya con las bicis y sus alforjas en la estación de autobús de Marrakech. El lugar es un descontrol absoluto. Alrededor de cada autobús hay una serie de personas pululando. Son una especie de intermediarios entre los viajeros y el conductor. A pesar que nosotros ya teniamos el billete comprado desde el día anterior, nos recibe desde fuera de la estación ya uno de ellos y nos lleva al bus en concreto. Está a punto de salir, aunque todavía quedan más de 15 minutos para su hora. Varias familas negocian el precio de meter un congelador en el maletero del bus. Hay gritos, riñas e incluso algún amago de pelea que rapidamente es sofocado por el resto de personas. Nuestro nuevo amigo nos informa que el precio de las bicis es de 90 Dh cada una (la noche anterior nos dijeron 15 Dh cada una). Imaginaros nuestra cara . . de nuevo negociar. En una mezcla entre francés, ingles y español cabreado les insistimos en el precio que nos dijeron en la ventanilla la noche anterior . . . el conductor y el amigo ponen cara de "y a mí que me cuentas!" y comienzan a bajar, ya vamos por 50 Dh cada bici. Al ver que no cediamos, el conductor se mete en el autobís y comienza a andar . . . (luego nos dimos cuenta de que era una estrategia común . . . así presionan al que está abajo). A los 5 metros para y vuelve a salir. Finalmente la cosa se queda en 30 Dh por bici. Una vez sentados en el autobus, la sensación es de que medio timo y de falta de sosiego. Las tres bicis y todo nuestro equipaje está en un maletero con la puerta abierta y 15 personas alrededor. No quitamos ojo.
El intercambio de dinero entre manos alrededor del autobus es interminable. Mientras el bus va saliendo de Marrakech con las puertas abiertas, los intermediarios suben y bajan constantemente, pagando y cobrando a distinta gente . . . no conseguimos saber quién es quién.
Por fin estamos en la carretera (con las puertas abierta a ratos y sin aire acondicionado) camino del Tizin' Tichka, el punto más alto entre Marrakech y Ouazarzate, al final de una interminable subida. Nuestra intención era bajarnos aquí para tomar un cruce que pasara por Telouet y terminara en Ait Benadou, pero a pesar de nuestras insistentes indicaciones . . el conductor se pasó y cuando nos dimos cuenta (Badillo lo hizo) estabamos ya bajando.
De modo que, medio estartalados, gritamos al conductor que parara, bajamos, sacamos nuestros bartulos y vimos como el autobus se alejaba dejándonos en medio de la nada.
La sensación es rara. Nos miramos mientras montamos las bicis y cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos pedaleando hacia el sur. No merece la pena subir de nuevo el puerto, así qu iremos a Ait Benadou desde abajo y luego volveremos a Ouazarzate.
La carretera es buena y no hay demasiado trafico. En el cruce de Tazentout giramos al norte en busca de uno de los lugares más espectaculares del viaje, el Ksar de Ait Benadou.
La llegada impresiona. Comemos una tortilla bereber en un chiringuito frente al Ksar con unas vistas alucinantes. Allí nos cuidaran las bicis mientras caminamos por el Ksar.
Realmente la visita a pie y la subida arriba del todo merecen la pena. El estado de conservacion es alucinante y las kashbas interiores son preciosas. Si entras por la puerta principal te piden 10 Dh para una asociación de conservación. La entrada por los senderos de la izquierda es gratuíta.
Tras la visita, de nuevo en la bici hasta Ouazarzate, donde nada más entrar hacemos una parada técnica para merendarnos un melón riquísimo.
El hotel que nos aconsejaba la guía Michelín no tenía habitaciones triples, así que elegimos otro situado en la plaza principal. A esa hora era un lugar tranquilo, sin un alma, y por 200 Dh nos ofrecían una triple (sin desayuno) en la que corría algo de brisa.
La cena la hicimos en la misma plaza, en unos de los garitos junto al hotel. Tallín correcto de calidad y precio.
Entre el jaleazo de la plaza, el calor insoportable (la brisa desapareció el ratito de llegar) y los viajes relámpago del pobre Ramiro desde su cama al cuarto de baño para vomitar el melón fruto de su inminente diarrea . . la noche fue memorable.
Highlights: Ksar Ait Benadou
Km en bici: 42 km (100% buen asfalto)
Horas en bici: aprox. 2h30
Alojamiento: Hotel XXXX en Ouazarzate. 200 Dh la triple con baño dentro pero sin desayuno. Sin A/C
Comida: En Ait Benadou : Chiringuito en tres plantas con vistas al Ksar. Comida sencilla pero rica. Precio Medio. El dueño tiene allí mismo una exposición con cuadros que el pinta. Algunos erán preciosos.
En Ouazarzate: Los dos restaurantes de la plaza tenén una buen carta y buenos precios.
Enseñanzas:
"Nunca elegirás un hotel junto a la plaza del pueblo en Ramadán por muy tranquila que parezca. ya que de 21h00 a 4h00 de la mañana estará a reventar de gente, ya que es su lugar de encuentro"
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